HE RECIBIDO ESTA CARTA,. PASARLA A TODO SAN CARLISTA

CARTA ABIERTA Y URGENTE AL GOBIERNO CENTRAL DE LA USAC, A DOCENTES, INVESTIGADORES, PERSONAL ADMINISTRATIVO Y DE SERVICIOS, ESTUDIANTES Y PROFESIONALES EGRESADOS DE LA UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA



La situación en la Universidad de San Carlos de Guatemala está pasando por un momento de crisis sumamente fuerte.  Las y los compañeros de EPA (Estudiantes por la Autonomía) decidieron tomar las instalaciones del Campus Central de la Universidad, debido a toda una serie de contradicciones no resueltas que se han agravado en las últimas dos décadas.  La táctica de la toma del Campus Central –correcta o no- no es el motivo de esta carta abierta, sino el llamado a la reflexión desde las causales históricas que han generado lo que hoy sucede en la USAC.

En primer lugar, como egresado de la Universidad de San Carlos, en mi calidad de investigador de la Escuela de Historia, miembro de su Consejo Directivo y profesor de la Escuela de Formación de Profesores de Enseñanza Media –EFPEM- hago un llamado público al Consejo Superior Universitario y al Rector Magnífico, Lic. Estuardo Gálvez, para que no se atente contra las y los compañeros estudiantes que integran EPA y que se encuentran dentro del Campus Universitario.  Sé que el Licenciado Gálvez es un profesional identificado con las necesidades urgentes de la sociedad guatemalteca, por lo que sería un duro golpe a la credibilidad de su administración generar un enfrentamiento a través de una manifestación que se puede convertir en una justificación para que personas inescrupulosas que han colaborado para que la Universidad agrave sus contradicciones arremetan contra las y los estudiantes de los colectivos agrupados en EPA.

Un grupo de docentes de amplio recorrido ético en la Universidad de San Carlos ha propuesto una mesa de diálogo profunda,  en la cual exista una participación plural para intentar el arduo camino de transformación de nuestra Universidad, partiendo del gran logro histórico que es la Autonomía, la cual no corresponde únicamente a discursos, sino a prácticas consecuentes desde los espacios que ocupamos como profesionales, egresados, estudiantes, trabajadores y funcionarios.

Las demandas de EPA –aunque su táctica de toma del campus sea discutible- son legítimas, puesto que son preocupación de todas las personas que verdaderamente nos identificamos con los principios de la Universidad de San Carlos de Guatemala y que tenemos una postura anti-neoliberal y en proyección constante a las luchas de los sectores mayoritarios de la sociedad (aunque muchos integren grupos particulares, denominados por el ideario y prácticas hegemónicas como “minorías”), históricamente excluidos.  Eso incluye a la actual administración de la USAC, por lo que la responsabilidad que la historia le ha puesto en este momento constituye una prueba de alto nivel.

Los medios masivos de comunicación que dominan la información en este país están mediatizando la problemática. Dan asco.

Por ello es que somos nosotros quienes tenemos el deber de multiplicar la información, y fundamentalmente reflexionar, analizar, consensuar y buscar soluciones viables a esta situación, que no tiene como culpables a EPA (no es lo mismo ser protagonista actual que culpable): este es uno de los estallidos a causa de procesos históricamente determinados, tales como la complicidad de varias administraciones universitarias con las políticas de adelgazamiento del Estado, empezando por la USAC misma al negársele el derecho constitucional de recibir el 5 % neto del presupuesto nacional.

La Universidad estatal, del pueblo (lo cual no es un simple cliché, porque en realidad es la máxima casa de estudios superiores para el pueblo, tanto en la formación de estudiantes y profesionales, como en la proyección necesaria hacia la sociedad en todos los ámbitos de la academia y la ciencia), ha sido golpeada de a poco en los últimos 20 años.  Una muestra de ellos es la corruptela enquistada en distintos espacios, siendo un ejemplo el grupúsculo que ha capturado la Asociación de Estudiantes Universitarios –AEU-, o los individuos inescrupulosos que mantienen un control de mercado violento y agresivo sobre varios negocios en el Campus Central.

Asimismo, el déficit presupuestario, la fragmentación de los movimientos de trabajadores y de estudiantes, el quiebre del Plan de Prestaciones, la corrupción en unidades como la Facultad de Humanidades, las escuelas autofinanciables con cuotas inaccesibles para las mayorías, la poca incidencia de la Universidad en la propuesta de leyes, la ineptitud de funcionarios que se aprovechan de sus puestos para sólo cobrar un salario y hacer lobby político, la penetración sutil y paulatina de partidos políticos contrarios a los intereses populares, las pocas oportunidades de personas calificadas para optar a plazas, etc., son demandas que no solamente corresponden a EPA: son una preocupación urgente de quienes valoramos el carácter histórico de nuestra Universidad.

Me sumo a la propuesta de varios colegas docentes e investigadores de generar un proceso de consenso que incluya a los grupos e individuos que han demostrado un compromiso serio con la Universidad de San Carlos, excluyendo a quienes sólo se aprovechan del espacio público universitario para satisfacer sus abyectos intereses personales.

Señor Rector, señores del CSU, no caigan en la trampa de generar una confrontación. Es el momento histórico para que se retome profundamente el rescate de nuestra Universidad, lacerada por sectores diversos que pretenden hacer de ella un pastel más en la fiestecita de las privatizaciones. Si EPA se equivocó o no al tomar el Campus, eso no es relevante ahora: lo primordial es escucharle, porque sus demandas son producto de contradicciones no resueltas, las cuales, por las leyes de la historia y de las sociedades, están llegando a su punto de quiebre.      

Hago un llamado a todas las personas y a todos los grupos, colectivos, organizaciones y entidades comprometidas con la Universidad de San Carlos de Guatemala, a no dejarse manipular por la mediatización de los medios de comunicación dominantes, a no reproducir un discurso sin reflexionar, y a sumarse a las propuestas de mediación y de resolución real y objetiva de los problemas que EPA demanda, los cuales, insisto, no son mera ocurrencia de este grupo que ha decidido tomar el Campus Central.  Confío en que el señor Rector y el CSU sabrán actuar apegados al respeto y a la reflexión. De no ser así, la actual administración perderá toda credibilidad con quienes luchamos desde distintos espacios por una Universidad de San Carlos digna.


Lic. Mauricio José Chaulón Vélez
Historiador
Colegiado 15633
Docente e Investigador; miembro del Consejo Directivo de la Escuela de Historia
Universidad de San Carlos de Guatemala

Mixco, Guatemala, 19 de agosto de 2010

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