Preguntar





Que pasa cuando después de algunos días no dejas de pensar en lo que fue o podría ser, sobre todo si al voltear la mirada ya no la encuentras a tu lado. Que sucede si buscas un momento aislado tan solo para cerrar los ojos y verla ahí. En ese preciso instante cuando la viste por primera vez disfrutando de la vida... si, de esa vida y sus diferencias crédulas entre la inagotable felicidad y la intrigante crueldad a la que te puede llevar... Que pasa si recorres  infinitos kilómetros para encontrarte con un horizonte donde vislumbraste un futuro con ella, que por inesperado e incierto te provee la suficiente pasión terrenal para atarte indefinidamente. Que pasa si solo conservas un tortuoso recuerdo que se va opacando al transcurrir el tiempo y en un momento cualquiera la dejas de ver.

Encontrarías acaso la fuerza insensata de salir en su búsqueda aunque no quiera que la encuentres. Pero pese a eso. Qué podrías decirle mientras pasan silenciosamente los minutos. Tú frente a ella aunque los separe un mar de decisiones, y las palabras que tendrían que nacer espontáneamente a razón de que gritan dentro del pecho no se hacen si quiera presentes. Esperarías entonces que no pase nada y así como fue aquella tarde se vuelva a alejar. Pero piensas en esas madrugadas que no recordabas absolutamente nada que no fuera su mirada. Gritas entonces que la quieres irreparablemente aunque sepas que te irás pronto. Que varias veces la imaginabas tras las nubes que hallabas en el oriente y delineabas el tiempo que te llevaría encontrarla.

Chocas con la imperfección del destino, de la necia idea de no olvidar lo que deberías recordar eternamente, pero solo eso... guardar el momento justo en el espacio correcto de tu memoria para revivirla todos los días mientras que la vida sigue avanzando. Despacio y extremadamente sencillo dejas de ser testigo de ese encuentro que no fue para nada casual. Pero de que sirve decirle que recorriste una vida entera si ella perfectamente lo sabe. Es que tiene ese talento innato de atraerte una y otra vez sin premeditación ni alevosía, tenga o no conciencia de ello. Pero para eso es esta carta. Para decirle aquello que quisiste pero no debiste en ninguno de los tiempos verbales. Pero que más da si lo que aprecias de ella seguirá ahí y eso era lo único relativo que querías decir entre tantas letras.

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