Carta Abierta






Guatemala de la asunción
Mayo 29 de 2013
3:30am



Carta Abierta

A todos los amigos y conocidos que llegaron a ser parte de mi formación y vida quiero contarles lo que estoy haciendo. Pero sobre todo. A este ser consciente que lucha todos los días con las contradicciones que grita continuamente mi alma (que por eterna y sabia conoce lo correcto) y que por egocéntrico no me he permitido escuchar. A ellos quiero gritarles lo que mis viajes me han enseñado.

Tengo hasta ahora 25 años, los suficientes para conocer ciertas verdades. Como saber que he desperdiciado probablemente un tercio de mi vida siendo infeliz. Alejado continuamente de las únicas dos cosas que son a ciencia cierta lo único incalculable y valedero… Dios y mi familia, porque pase lo que pase, innegablemente nunca te abandonaran.  He vivido con matices cubriendo parcialmente mis problemas, olvidándolos o dándoles soluciones sin coherencia. He pasado los últimos años buscando y persiguiendo algo, cuando todo se me otorgo desde que nací. La capacidad para sentir y pensar, la habilidad para crear y sobre todo trabajar, los dones para hacer y transformar. La oportunidad de estudiar y aprender.  La dicha de amar y encontrar la paz con ella.

Llegue a tener lo que muchos añoran y pocos llegan a comprender. Un padre que me amo y se sintió orgulloso de ser eso aunque nunca tuvo la capacidad para decirlo. Una madre que entrego todo porque llegara a vivir en base a lo que sintió desde el día en que cada una de mis hermanas y yo nacimos. (Un amor puro e incondicional). Lamentablemente las ideas, los prejuicios y los recuerdos me limitaron a entenderlo hasta hoy. Una vida golpeada que me enseño la simplicidad de las cosas y por ende el aprecio a las mismas. Dos hermanas que oran diariamente por mi bienestar y que abandone desde mi adolescencia en lugar de cuidarlas.

Vine a esta ciudad deseando hacerlo desde que tenía 17 años. Regresar al lugar donde nací pese a que ningún recuerdo de acá es bueno no ha sido tarea fácil. Las incontables muertes de mis amigos sin siquiera cumplir 15 años son evidencia de ello. Aprendí en el trayecto de 5 meses, varias lecciones que sobrepasan cualquier conocimiento de medicina. Aprendí que la vida no solo se basa en éxito académico, sino que llega un punto esencial donde debes perder para poder seguir creciendo. No quiero que el afán por ganar termine por quitarme lo que soy, porque eso sería un  verdadero homicidio. Las últimas dos semanas me han enseñado que hacia ese camino voy. El deseo de adicción y las ideas suicidas son pan de todos los días porque en oposición a lo que mi alma desea mi cerebro ha tratado de compensarlo. La razón me movió a ser quien soy… eso es objetivo, pero a veces se equivoca y complica más las cosas. Dejarme llevar por lo que realmente me dictaba el corazón fue lo que en realidad me dio la paz que tanto ansiaba. Debo ser justo y confesar que en realidad no quería entrar a este programa. Siempre sentí que no era el momento ideal aunque mi orgullo y las ideas de no fracasar me llevaron hasta este punto. Ahora comprendo que…. No todo lo que fue malo implica que no sea adecuado o ideal. Simplemente no era el momento justo. Debí comprender que antes de cualquier cosa era necesario  trabajar en lo que “ERA” y “quería para mi vida”, sobre todo antes de iniciar algo sin un verdadero propósito. Que no siempre es suficiente la idea de salir adelante y crecer. ya que aspectos como la Fe, pueden proveerte de paz y grandeza como ser humano.  Entonces los problemas solo son pequeñeces eventuales que se superan sin mayor trabajo y la idea de grandeza toma diversos caminos.           

No quiero cumplir el papel de buscar el éxito o encontrar el fracaso… que al final de todo, solo es juzgado y tachado por otros cuando lo más importante es que yo determine qué es eso. Lo único cierto es que las cosas que se hagan sean hechas de la única manera posible… “perfectas”. He estado haciendo lo contrario desde hace mucho tiempo. La manera de reivindicarlas es iniciar de nuevo aunque los pesares de esto sean solventados por caminos muchos más difíciles de transitar. Prefiero eso a seguir viviendo como actualmente lo hago… erróneamente y sobre todo con una tristeza que se ha vuelto insoportable de cargar.  

La vida y el futuro siempre es ahora. Yo debo encargarme de eso. Pero en este instante tengo tantas deudas con migo mismo, que encargarme de hacer algo más es una pérdida de tiempo ya que no les prestó atención. Estoy haciendo todo… solo por la obligación consciente de hacerlo… no porque lo desee y menos porque lo ansié. Por consiguiente todo sale mal.    

Debo por obligación dejar de tener miedo.  Aceptar que estar acá no implica valentía sino un espacio para ocultarme. Debo afrontar que estar acá solo implica huir de la realidad y mis problemas. Que debo regresar para ganar “mi vida” aunque ello implique renunciar a todo y empezar de nuevo. Aunque ello implique que los problemas se tripliquen y que pierda incluso la posibilidad de ser aceptado en un programa académico.

Algunas vidas forman un circulo completo, otras van evolucionando en formas que no podemos predecir ni siempre comprender. Las perdidas han sido parte de mi viaje pero me han enseñado el infinito valor de lo que es más preciado.

Más que aprender a ser médico… debo aprender a vivir. Porque pese a lo que muchos me dijeron. De eso dependerá mi futuro y no de uno de tantos oficios que puedo desarrollar para trabajar. Deseo vivir para ser feliz, no para laborar o estudiar porque eso solamente es complemento. 

Si abandonar  viajar y liberarse  es cobardía. Bendita sea mil veces esa cobardía  


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