Nota Quejumbrosa

A veces… tan solo a veces me hacen falta ganas para seguir leyendo, escuchando, viendo y sobre todo sintiendo lo que pasa a mí alrededor. Le llaman vida… si, esta vida titulada “chapina” que día tras día se sobrelleva entre personas que… al igual que uno, tratamos de sobrevivir. ¿Quejas…? creo que todos estamos cansados de personas que critican y lo menos que esperamos es leer a alguien que de vez en cuando se hecha al lomo el título de soñador ideológico. No pretendo en lo absoluto parecer eso porque bien sé que estoy distante de poseerlo y cada vez me vuelvo parte del problema. Cuanto no deseara escribir  un párrafo optimista, inspirador, llevadero, con ideas soñadas en un mundo benévolo sin tabús ni prejuicios. Pero ¿Cómo hacerlo…? Si solo basta con abrir los ojos para sentir no solo empatía por el sufrimiento y penas ajenas, sino además, no ser capaz de olvidar lo que cotidianamente se ignora. Creo que la pena más grande radica en no hacer nada para mitigar o aliviar estos vejámenes. Pienso a ciencia cierta, que más que sentir lo que perciben mis sentidos, rememoro cada situación vivida y eso hace más intensa cada emoción. ¿Cómo olvidar pregunto…? Y todos  responden  que sencillamente vas dejando el pasado con cada paso que das… pero cada paso que doy en este territorio azotado por la corrupción y egoísmo, no solo me hacen recordar sino sentir y experimentar nuevamente cada eventualidad. Me dicen que no sienta el problema ajeno, pero como hacerlo… si sé cuánto duele cada lagrima. Me dicen que no es vida… pero acaso vivir “sanamente” involucra olvidarse de todos y fomentar ese enérgico egoísmo que se abre paso entre mis ideas cotidianas. Me dicen que ver, oir, sentir, leer y saber son actos indebidos en este país… porque ente más se sabe “realmente” y más se siente, mayor es la pena y vergüenza. Que se debe conocer lo necesario e ignorar  y olvidar  lo que pasa a un lado. He perdido la fe no solo en este mundo sino en la humanidad misma….